"Hay veces en que la vida te pide un cambio, una transición. Como las estaciones. Nuestra primavera fue maravillosa, pero ahora ya ha terminado el verano. Hemos dejado pasar nuestro otoño. Y ahora de repente hace tanto, tanto frío, que todo se está congelando a nuestro alrededor. Nuestro amor se ha dormido y la nieve lo ha tomado por sorpresa. Pero si te duermes en la nieve, no oirás la llegada de la muerte. Cuídate.
Yo te enseñé el barrio, mis bares, mi colegio. Te presenté a mis amigos, a mis padres. Escuché los textos que tú ensayabas, tus cantos, tus esperanzas, tus deseos... tu música. Tú escuchaste la mía, mi italiano, mi alemán, mis pinitos de ruso. Yo te regalé un walkman. Tú me regalaste una almohada... y un día, me besaste. El tiempo pasaba, el tiempo volaba, y todo parecía tan fácil, tan sencillo, tan libre, tan nuevo y tan único. Íbamos al cine, íbamos a bailar, íbamos de compras. Reíamos, tu llorabas, nadábamos, fumábamos, nos afeitábamos. De vez en cuando tu gritabas, sin ningún motivo, o con motivo a veces... sí, a veces tenías motivo.
Yo te acompañaba al conservatorio, yo estudiaba para mis exámenes, yo escuchaba tus ejercicios de canto, tus esperanzas, tus deseos, tu música. Tú escuchabas la mía. Los dos estábamos cerca, tan cerca, siempre tan cerca. Íbamos al cine, íbamos a nadar, nos reíamos juntos. Tu gritabas, con motivo a veces, y otras sin motivo. El tiempo pasaba, el tiempo volaba...
Yo te acompañaba al conservatorio, yo estudiaba para mis exámenes, tú me escuchabas hablar en italiano, en alemán, en ruso, en francés. Yo estudiaba para mis exámenes, tu gritabas, a veces con motivo. El tiempo pasaba, sin motivo... Tu gritabas, sin motivo. Yo estudiaba para mis exámenes, mis exámenes, mis exámenes. El tiempo pasaba, tú gritabas, tú gritabas, tú gritabas... Yo iba al cine.
Perdóname, Francine."